Marie Kondo: el método japonés para limpiar y ordenar la casa

Las 5R de la ecología con el método de Marie Kondo.

Henry Jesús Camino Muñoz
Marie Kondo
Sí, el método japonés para limpiar y ordenar la casa conocido como el método Konmari de Marie Kondo, no solo permite la limpieza y el orden del hogar, sino promover la práctica de las 5R de la ecología en casa. Esto es: reducir, reparar, reusar, recuperar y reciclar. Esto no solo representa un hogar más cómodo, sino bienestar y responsabilidad con el medio ambiente… 

¿Listo para poner en práctica este método?

3 reglas de Marie para ordenar la casa y ordenar la vida


1.Considera tu estilo de vida: Esto es más importante que la habilidad para clasificar y almacenar. Saber cómo vives, te hará saber cuáles objetos necesitas realmente.

2. Elimina, dona o recicla, pero no almacenes: Almacenar es trasladar desechos u objetos innecesarios a los armarios y así llenar la casa de cosas que podrían ser útiles para otros.

3. Conserva solo aquello que te haga feliz… ¡Pero solo aquello que sea imprescindible!

Konmari: las claves para desechar y conservar
  • Clasifica los objetos en cuatro categorías: (1) ropa, (2) libros, (3) komono (papeles, objetos varios como gadgets electrónicos, cables, herramientas, utensilios de cocina), (4) objetos sentimentales.
Henry Jesús Camino Muñoz
Clasifica los objetos por  categorías
  • Clasifica por categorías y no por ubicaciones: el volumen de objetos por categoría determinará el mejor espacio para su ubicación.
  • La manera más eficaz para determinar qué se queda y qué se va es colocando cada una de las categorías en el suelo para ir separando los objetos uno a uno e ir viendo el volumen de almacenaje.
  • Una vez inicies el proceso de limpieza, debes culminarlo. Dejar para después es no hacerlo jamás.
Aprender  a limpiar: lo que se tira, se recicla o se dona

Todo aquello que no posea un significado debe salir de casa, pero antes conviene ver si realmente podrías darle un segundo uso y útil a partir de tu estilo de vida inmediato, es decir, en tu rutina de vida actual. De ser así, consérvalo. Si no, dónalo, pero cuidado: dona todo aquello que esté en buen estado para que la misma felicidad que experimentaste durante el uso del objeto, pueda replicarse en otros.